Nuestro tracto gastrointestinal nos ofrece dos importantes beneficios: la nutrición, gracias a la que digerimos y asimilamos los nutrientes de los alimentos, y la defensa, por el reconocimiento de elementos foráneos y el desarrollo de sistemas de prevención y rechazo de posibles agentes agresores. Además, las mucosas y la luz del tubo digestivo proporcionan el hábitat natural a una gran colectividad de comunidades microbianas que nos ayudan a estar sanos y defendernos de posibles patógenos.
Alimentos que ayudan al intestino
Cuidar a nuestro intestino a través de unos hábitos de vida saludables es fundamental para nuestra salud. Para hacer una analogía, toda la mucosa que reviste la pared del tubo digestivo es como una muralla que impide la entrada de agentes invasores y las bacterias que colonizan el intestino son nuestros soldados. ¡Nuestra microbiota intestinal (antiguamente llamada flora o microflora) constituye la mejor salvaguarda para nuestra salud!
A continuación te indicamos ejemplos de alimentos amigos de tu intestino:
- Alimentos en cuya etiqueta figuren menos de cinco ingredientes. Esto se resume en que cuanto menos alimentos envasados, mejor. Nuestros genes no han podido adaptarse a las modificaciones que nuestra alimentación y hábitos de vida han sufrido durante las últimas generaciones. De hecho, si nos comparamos con las bacterias, que habitaban la Tierra hace ya 3.400 millones de años, los humanos somos unos recién llegados.
- Alimentos de origen vegetal muy poco procesados, como son las verduras, la fruta fresca, las hortalizas, el arroz integral, los frutos secos o las legumbres.
- El agua debería ser la bebida de elección. Cuanto menos alcohol, mejor. En relación a las bebidas azucaradas, conviene reducir su consumo. Las opciones light o zero tampoco parecen ser la mejor opción, teniendo en cuenta que los edulcorantes artificiales producen desequilibrios en la microbiota intestinal y se plantea que inducen los mismos problemas que pretenden prevenir.
- Probióticos en forma de alimentos (leches fermentadas) o complementos alimenticios. Nuestra microbiota intestinal se ve alterada por diversos factores externos como pueden ser el estrés, el sedentarismo y el uso de ciertos grupos de medicamentos como los antibióticos. Cuidar la microbiota desde fuera mediante los probióticos es una buena forma de gozar de un buen estado de salud.
Nuestra alimentación condiciona en gran parte la riqueza y variedad de microorganismos que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. El consejo más sensato es priorizar en nuestro día a día los alimentos de origen vegetal poco procesados. Con ello mejoraremos no solo nuestra salud intestinal, sino también nuestro bienestar.
Andreu Prados. Farmacéutico y dietista-nutricionista. Docente, consultor en nutrición y ciencias de la salud y escritor científico especializado en microbiota intestinal y probióticos.