Según la última guía práctica para el uso de probióticos y prebióticos publicada por la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO, 2017), las aplicaciones más relevantes de los probióticos y los prebióticos son:
- Prevención y tratamiento de la diarrea aguda y asociada a antibióticos.
- Reducción de los efectos colaterales relacionados con la antibioterapia contra Helicobacter pylori.
- Prevención de dermatitis atópica en niños.
- Tratamiento de la encefalopatía hepática.
- Refuerzo de la respuesta inmunitaria.
- Enfermedad inflamatoria intestinal: prevención y mantenimiento de la remisión en pouchitis (complicación más frecuente del tratamiento quirúrgico de la colitis ulcerosa) e inducción de remisión y mantenimiento de la remisión en colitis ulcerosa.
- Reducción de los síntomas del síndrome de intestino irritable.
- Mejora del estreñimiento funcional.
- Mejora de la enfermedad diverticular sintomática no complicada.
- Mejora de la digestión de la lactosa y los síntomas asociados a la intolerancia a la lactosa.
- Reducción del riesgo de enterocolitis necrotizante.